
Los niños y la filosofía. Teoría.
Conversaciones filosóficas con niños y niñas.

Estoy acostando a mi hijo de 8 años de edad, John, en la cama. Me mira y me pregunta, sin ninguna advertencia previa:
—Papá, ¿por qué no veo doble si tengo dos ojos y puedo verte con cada uno de ellos?
Qué puedo contestarle? Primero, trato de asegurarme que comprende lo que le intriga.
—Tienes dos orejas—le digo— .¿Te sorprende no oir doble?
John hace una mueca.
—¿Qué significa oir doble?
—Bien, quiza mi... mi voz...voz son...sonaria a...así-le respondo.
Él reflexiona:
—Pero tus dos iods van a dar al mismo lugar.
—¿Y no podría suceder que tus dos ojos vayan a dar al mismo lugar?- le sugerí.
Se pone serio, piensa, y luego hace otra mueca.
—Sólo me estás poniendo otro problema—protestó—. Quiero pensar en el que ya tengo.
Eso es justo.
—Quizá —sugiero—, eso sucede porque la imagen que captas con tu ojo izquierdo se reúne con la imagen que captas con tu ojo derecho. Cuando se juntan se convierten en una sola imagen.
Ursula tiene 3 años y 4 meses de edad. Dice: “Siento un dolor en mi estómago”. La madre le aconsejó: “Acustate y duérmete y tu dolor se irá.” Ursula le responde: “¿Adónde se irá?”.
Tim, de unos 6 años de edad, mientras se encontraba activamente dedicado a lamer una olla, preguntó: “Papá, ¿cómo podemos estra seguros de que no todo es un sueño?”. Algo confundido, el padre de Tim le dijo que no lo sabía, y le preguntó cómo pensaba Tim que podíamos saberlo. Después de lamer un poco más la olla, Tim Contestó: “Bien, no creo que todo sea un sueño porque en un sueño la gente no andaría preguntando si era un sueño”.
John, de 7 años de edad, creyendo que su padre había tomado su violonchelo, lo saltó, y éste se cayó y se rompió. Lleno de remordimiento (le gistaba mucho su chelo) , John fue con su madre y la abbrazo silenciosamente durante largo rato. Finalmente le dijo: “Me gis¡taría que todo fuera como una pelúula y que uno pudiera volver a enrollarla y hacer todo otra vez”.Un momewnto más trade añadió.”Desde luego, entonces todo sucedería igual que antes, porque sólo hay una película”.
Una niña de 9 años de edad preguntó: “Papá, ¿realmente existe Dios?”. El padre contestó que no era muy seguro a lo cual la niña replicó: “Realemente debe existir porque tiene un nombre”.
Estimados profes y padres, para esta sección esperamos las conversaciones de vuestros hijos, de vuestros alumnos. Para dejar vuestras experiencias pincha AQUÍ.